Alfonso
XI el Justiciero (1311-1350), fue rey de Castilla y de León
(1312-1350), hijo de Fernando IV y de Constanza de Portugal. La
primera parte de su reinado se correspondió con su minoría
de edad (1312-1325). Este periodo se caracterizó por la diversidad
de pretendientes deseosos de ejercer la tutoría del reino.
En 1313 se impusieron como tutores su abuela María de Molina
y los infantes Pedro, hijo de Sancho IV, y Juan, hijo de Alfonso
X. Tras la muerte de estos infantes en la Vega de Granada (1319)
y de María de Molina (1321), varios regentes se disputaron
el poder en el reino.
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Cuando Alfonso XI alcanzó la mayoría de edad, se
propuso imponer su autoridad. Para luchar contra los magnates buscó
el apoyo de la pequeña nobleza y de los burgueses y comerciantes.
En su afán por reforzar el poder monárquico suprimió
las Hermandades, movimientos de carácter antiseñorial,
peligrosas para el orden feudal que el rey quería restaurar.
Alfonso XI suprimió también las asambleas generales
de vecinos, que fueron sustituidas por concejos reducidos o regimientos.
Creó la figura de los corregidores, funcionarios reales con
poder administrativo y judicial en las ciudades. Su gran actividad
legislativa alcanzó su máxima expresión en
el Ordenamiento de Alcalá (1348).
Durante su reinado se consolidó la estructura económica
ganadera de Castilla. Aprovechando la guerra de los Cien Años
y la negativa de Inglaterra a suministrar lana a la industria textil
flamenca, se incrementó la exportación de la lana
castellana.
El final de su reinado se caracterizó por el enfrentamiento
con los musulmanes por el estrecho de Gibraltar. Para hacer frente
al peligro, Alfonso XI, ayudado por Alfonso IV de Portugal, derrotó
a los Benimerines a orillas del Salado (1340). En el curso de estas
operaciones militares en la zona del estrecho de Gibraltar, el monarca
murió víctima de la peste negra.
Extraído de Enciclopedia Encarta 98.
Arbol
genealógico de Alfonso XI
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